La familia Cullen son un grupo de vampiros con apariencia joven, en su mayoría adolescentes, creados por la escritora Stephenie Meyer en su saga de novelas Crepúsculo, la cual trata de una relación amorosa entre Bella Swan, una adolescente humana y su novio vampiro Edward Cullen.
Estos vampiros son los típicos vampiros, por así decirlo, fashion, del siglo XXI.
La diferencia entre ellos y Drácula es muy marcada, por ejemplo en el carácter de estos, ya no son esa criatura maligna que siempre caracterizaba al vampiro.
Estos son más “humanizados”, ya que como cualquier ser humano pueden tener relaciones amorosas, incluso entre ellos mismos.
También se podría decir que son más “inmunes”, no son afectados por símbolos religiosos, ajos, corrientes de agua, ni la luz solar. A la luz solar su piel brilla pero siguen conservando sus capacidades sobrenaturales, en las corrientes de agua no se debilitan, sino que pueden duplicar su velocidad.
En el relato se les describe a todos ellos como “casi ángeles”, por así decirlo. Y por supuesto son muy sensibles a las emociones humanas.
Antes de leer esa novela me imaginaba más crueles a los vampiros, pero en lo general pienso que así está bien, ya que la trama es la historia romántica y además hay otros vampiros, dentro de la novela, que siguen siendo crueles, como la vampiresa Victoria.
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