jueves, 14 de abril de 2011

El Vampiro en la Antigüedad


Originalmente la mayoría de seres con características vampíricas son parte del folclor de la mayoría de las culturas desde Egipto y Sumeria, incluso las culturas indo americanas y como cada cultura es muy diferente personificaban seres diferentes y con la misma esencia al mismo tiempo.
En Mesopotamia se invocaba a los dioses protectores para que acabaran con los Utukku, seres culpables de enfermedades y de pestes, podrían considerarse como los antecesores de los vampiros, aunque desde mi punto de vista no tienen mucha semejanza con los vampiro.
En la cultura del antiguo Egipto la diosa de la guerra Sejmet hija de Ra y llamada “la terrible”, asolo la tierra para castigar a los hombres, solo pudo tranquilizarse después de embriagarla con un brebaje de color rojo semejante a la sangre que bebía, aunque los vampiros actuales muchas veces son descritos como dioses no tienen semejanza a ellos.
En el folclor árabe y africano se menciona la existencia de los demonios necrófagos, los cuales cambian de forma a su antojo, llamados guls, en árabe era conocido como al-ghul, y podía transformarse así por haber tenido una muerte violenta.
En el judaísmo su arquetipo es Lilith, según los relatos era la primera mujer de Adán, según la tradición, se decía de esta mujer, que se alimentaba de la sangre de los niños, ella inspira la creación de personajes como las vampiresas seductoras, por su belleza física y su comportamiento delicado y maligno a la vez, posteriormente en la literatura vampírica del romanticismo, un ejemplo es Carmilla, la vampiresa de Sheridan Le Fanu.
En la India los velata ocupan un lugar importante en las narraciones y, rondan los lugares de cremación como parte de la corte de Siva. Al igual en la mitología budista, hinduista y la jainista, un preta es un espíritu atormentado, el alma de un condenado a sufrir hambre eterna de la sangre humana lo cual lo torna peligroso para los seres vivos.
En América el pueblo amerindio Mapuche tiene la creencia de un ser sediento de sangre, que aunque atacaba a los animales también atacaba a los humanos, dicho ser era conocido como Pihuychen. Al igual creían en un ser similar pero acuático conocido como Trelke-wekufe. Más tarde las dos entidades formaron parte de la tradición chilena.
Por su parte los mexicas tenían la creencia de unas criaturas llamadas Cihuateteo, las cuales eran espiritus de mujeres que morían durante el parto y que provocaban las pestes además de atacar a los niños en la noche y a los viajeros en las encrucijadas, aunque no son considerados como los vampiros se les puede encontrar semejanzas con ellos, por sus características.
Los mayas creían que el guardián, Xilbabá, protector de la población nativa, decapitaba a los extraños, dicho ser era un murciélago con rasgos humanos.
Otro mito, esta vez del pueblo Shuar, que habita en la selva amazónica de Ecuador y Perú, dice que los murciélagos hematófagos que habitan en las cavernas, los cuales son llamados por ellos como “jencham”, se originan de hombres que fueron transformados por su gusto en derramar sangre.
En la mitología griega se incluía la leyenda de Lamia, hija del rey oriental Belus, los hijos de ésta fueron asesinados por la diosa Hera, ya que según la leyenda, la diosa supo de un romance entre Lamia y Zeus. Lamia, para vengarse, comenzó a perseguir niños que encontraba, les extraía la sangre y se alimentaba con ésta. Dicha leyenda generó las supersticiones que existen en la Grecia moderna, según la leyenda, Lamia atacaba a los viajeros extraviados, los cuales eran seducidos por su belleza.
Otro de los personajes mitológicos griegos era la Empusa, la cual era un ser monstruoso con pies de bronce, hija de la diosa Hécate, según la creencia ella podía transformarse en una bella mujer que seducía a los hombres y después bebía su sangre o los devoraba. Otra de las criaturas mitológicas de Grecia eran los Vrykolakas, supuestamente atacaban a su familia después de muertos.



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